La gran pregunta, la gran duda, alguna vez Camus expreso que el único problema de la filosofía es el suicidio. No es por emendar la plana a uno de los más grandes de filósofos, literatos y pensadores del siglo XX. El problema del Mal (¿Mal con mayúsculas o con minúsculas?) es algo que nos asombra cada día al asomarnos al mundo, al contemplar la realidad, más allá de nuestra zona de confort, más allá de la burbuja que creamos alrededor nuestro para alejarlo de nuestra vida y de todo lo que amamos.
Pero el mal esta allí diferentes ámbitos han tratado de resolver el enigma ( el problema del Mal, ¿Su causa o sus efectos?) es un problema que atacamos desde distintos frentes: psicología, psiquiatría, religión, filosofía, sociología, pedagogía, medicina, criminalística, derecho, neurología, biología, con distintas armas, argumentos, estadísticas, observación, entrevistas, fe, ciencia, razón, emoción.
Y aun así no logramos dar un respuesta final a ese “Fear of the dark” (Iron Maiden dixit) , a lo que se oculta en plena vista bajo nuestra humanidad, no tiene sexo, ni edad, ni existe una forma de “ver” y “evitar” al mal, ya sea para causarlo en nosotros (o en los otros”) o para esparcirlo en forma de ideología, religión o raza.
Asomarnos al abismo, aunque el abismo se asome a nosotros (Nietzsche, dixit)…